Extractos del Libro Renacer: Se Puede Volver A Nacer, Aún Estando Vivo.

“…El trabajo corporal fue muy extenso. El trabajo mental consistía en conocerme por dentro: cuál era la ingeniería de mi psiquis, cuál era la estructura de mi pensamiento… y me asusto ver el monstruo que ustedes y yo tenemos por dentro, pero no es un monstruo malo, es su naturaleza ser violento, ser egoísta, ser envidioso, e irse en contravía de las leyes establecidas. Esa forma de ser ha recibido múltiples nombres a lo largo de la historia, desde espíritu egótico, sombra, etc. Eso está allí. Eso tiene una estructura, y esa estructura mental tiene unos aposentos, tiene unos nidos, tiene unos nichos en ciertas partes del cuerpo. Entonces, la parte complementaria es: cada vez que pienses esto, estará relacionado con X órgano de tu cuerpo, con cierta parte del cerebro de tu ser, y eso para mí es asombroso. De hecho, ustedes saben que hay zonas de pensamiento a nivel cerebral que se conectan directamente con ciertas partes del cuerpo, y que el cerebro controla prácticamente todo el ser, toda esta estructura biológica y morfológica.

Entonces, nos preguntamos: cuáles fueron los acontecimientos sobresalientes de la existencia, cuáles fueron los hechos más dolorosos de la vida y dónde se almacenan en el cuerpo. Y viene algo extraordinario: la gente habla de cosas ocultas, de cosas místicas y todo eso, pero esta gente conocía y tiene un conocimiento profundo de dónde se alojan las emociones a nivel corporal, por ejemplo: ¿Cuál es la parte del cuerpo donde se incuban, se almacenan las emociones que tenemos? Resulta que, esa parte está un poquito más abajo del ombligo y no tiene que ver con los chakras. El almacén emocional del ser humano está en la parte baja del vientre, allí entran las emociones, y resulta que en el ombligo, por donde estuvimos atados a nuestra madre, por donde nos alimentamos, por donde nos nutrimos, por donde ella nos envió sus sentimientos y sus emociones, detrás del ombligo -cinco centímetros- hay una masa neuro-ganglionar, que se llama anastomosis, que une el sistema simpático y el parasimpático, es decir la que une el mundo real con el mundo de la fe, el mundo real y el mundo mágico, el mundo real con el mundo de lo no real.

Me empezaron a enseñar y a hablar de medicina, ¡como yo nunca le había oído hablar a nadie en mi vida! Con una lógica, con una contundencia, con una versatilidad, con un don, ¡con un dominio pavoroso y extraordinario! Entonces, me empiezan a enseñar una serie de movimientos y de masajes a través del ombligo, que iban a permitir que muchas emociones se liberaran de abajo hacia arriba por la espina dorsal hacia la cabeza, para que fuesen liberadas a través del llanto, a través del grito, a través del estado de congoja, de pesadumbre, de incertidumbre o de remembranza…”

Juan Felipe Pérez Moreno